domingo, 6 de marzo de 2016

leyenda


Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o una mixtura de ambos que se transmite de generación en generación en forma oral o escrita. Generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta singularidad.
Se ubica en un tiempo y lugar familiares a los miembros de una comunidad, lo que aporta cierta verosimilitud al relato. En las leyendas que presentan elementos sobrenaturales como milagros, presencia de criaturas férricas o de ultratumba, etc. y estos sucesos se presentan como reales, forman parte de la visión del mundo propia o emir de la comunidad en la que se origina la leyenda.
En su proceso de transmisión a través de la tradición oral, las leyendas experimentan a menudo supresiones, añadidos o modificaciones culturales que dan origen a todo un mundo lleno de variantes. Las más comunes son la "cristianización" de leyendas paganas o la adaptación a la visión infantil, cuando el cambio de los tiempos ha reducido las antiguas cosmovisiones paganas a cuentos para niños.

Hace más de doscientos años en las calles apartadas de Guayaquil, los trasnochadores veían la
Dama Tapada. Anoche vi a la Dama Tapada, contaba en una reunión de amigos, elFulanito. Son Son puros cuentos, respondía el amigo con aires de valentón. Yo nunca he tropezado con ella.Nunca se la ve antes de las 12 de la noche, ni después de las campanadas del alba, opinaba otro asistente a la reunión.Según la leyenda, la
Tapada

era una dama de cuerpo esbelto y andar garboso, que asombraba en los vericuetos de la ciudad y se hacía seguir por los hombres.Nunca se supo de dónde salía. Cubierta la cabeza con un velo,sorpresivamente la veían caminando a dos pasos de algún transeúnte que regresaba a la casa después de divertirse. Sus almidonadas enaguas y sus amplias polleras sonaban al andar y un exquisito perfume dejaba a su paso. Debía ser muy linda. Tentación daba alcanzarla y decirle una galantería. Pero la dama caminaba y caminaba. Como hipnotizado,el perseguidor iba tras ella sin lograr alcanzarla.De repente se detenía y, alzándose el velo se enfrentaba con el que la seguía diciéndole: Míreme como soy... Si ahora quiere seguirme, sígame...Una calavera asomaba por el rostro y un olor a cementerio reemplazaba el delicioso perfume.Paralizado de terror, loco o muerto quedaba el hombre que la habíaperseguido. Si conservaba la facultad de hablar, podía contar luegoque había visto a la Tapada. 

la llorona


No hay comentarios.:

Publicar un comentario